El Castillo de Gibraleón se encuentra situado en la localidad del mismo nombre en la provincia de Huelva (Andalucía).
Se
sitúa en la margen izquierda del río Odiel, navegable en otros
tiempos. Gibraleón constituía una encrucijada de caminos entre
Huelva y Alonso, dando paso a la vecina Portugal.
El
origen del castillo de Gibraleón se remonta a época musulmana,
concretamente a una población almohade del siglo XI. En el siglo
XII, fue invadido por las tropas portuguesas que tomaron como
esclavos a parte de la población árabe. En el año 1282 fue
reconquistado por Castilla, reinando Alfonso X el Sabio.
Posteriormente pasó a manos de Alfonso de la Cerda, quien lo perdió
por falta de pago al rey. Fue también escenario de las luchas que
mantuvieron los Medinacelli y los Guzmán.
El castillo fue
atacado en numerosas ocasiones a lo largo de su historia, destacando
el saqueo que en el siglo X protagonizaron los normandos. Para hacer
frente a estos ataques, los árabes reconstruyeron las murallas y
mandaron construir fortalezas por toda la zona, entre ellas ésta.
Se
construyó con una finalidad defensiva ya que esta zona fue atacada
continuamente por distintos pueblos. Sin embargo, no sólo se utilizó
como plaza defensiva sino que, con el paso del tiempo, se habilitó
como vivienda convirtiéndose en alcázar, es decir, en una
residencia habitual de nobles.
El
recinto es de planta cuadrangular, siendo lo más destacado sus
estructuras torreadas, de las que hoy día sólo cuatro quedan
visibles. Una de estas torres, la de mayor tamaño, de forma
cuadrangular y construida en tapial, se encuentra situada al sur,
data del siglo X y controlaba la puerta de acceso, hoy desaparecida.
Otra de las torres mira hacia el río Odiel y está hecha en tapial
con sillarejo y ladrillo. Los muros están realizados en tapial
recubierto con sillarejo. No se conservan otros elementos defensivos.
Destaca
la multitud de materiales presentes en la construcción,
correspondientes a las diversas etapas históricas por las que ha
atravesado la fortaleza. El edificio muestra en su estructura
sillares romanos, tapial (muy utilizado en etapa almohade) y
sillarejo (propio de la época cristiana).
El
edificio ha sido objeto de excavaciones arqueólogicas. Esto ha hecho
que la construcción siga un proceso de ruina imparable y
degenerativo. Hoy día, los vestigios de sus murallas y una torre se
encuentran en un estado penoso.
Fuentes: castillos.net
garcilanga (Fotos)
Galería:
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