El Baluarte de San Felipe y Peña se encuentra situado sobre la Peña de San Felipe, a las afueras de la localidad de Encinasola en la provincia de Huelva (Andalucía).
Los
fuertes de San Juan y San Felipe son dos edificios defensivos
construidos a finales del siglo XVI por mandato de Felipe II para
reforzar la frontera con Portugal. Ambas torres se encuentran en
línea recta entre la iglesia de San Andrés (siglo XII) y el
castillo (siglo X), y son dos edificios de los más significativos de
Encinasola.
Durante la Guerra de la Restauración de Portugal
(siglo XVII), se multiplicaron las algaradas de castellanos y
portugueses en los dominios de sus vecinos. Como ejemplo cabe
comentar que las Casas Consistoriales de Encinasola fueron
incendiadas en una razia portuguesa y no se reconstruyeron hasta al
siglo XVIII. Ante estas amenazas la población se refugiaba en los
fuertes de San Juan y San Felipe.
Estas fortalezas se
mantuvieron en buen estado hasta la Guerra de Sucesión, momento en
que la población tomó partido por el futuro Felipe V e impidió la
entrada de la tropas del Archiduque Carlos. Por esta razón Felipe V
otorgó a la villa un escudo de armas con una encina con campo
blanco.
Durante la Guerra de la Independencia, la población
se hizo fuerte en los baluartes de San Juan y San Felipe ante las
tropas francesas comandadas por el general Garsan, que combatía a la
división del General Ballesteros, establecida en la Sierra de
Huelva. Después de diez días de asedio, capituló y las tropas
francesas se ensañaron con la población. La artillería de los
fuertes fue desmontada, inutilizada y enterrada en la afueras de la
población. Parte de ella se recuperó y sirvió de soporte a las
barandillas del Paseo Chico.
La
torre de San Felipe se encuentra sobre un cerro algo alejado de la
población. Se trata de una torre circular de tamaño más reducido
que la torre de San Juan, y carece de recinto amurallado. Se accedía
por el nivel intermedio mediante una escalera de mano, y a la azotea
mediante una escalera de caracol. La torre está almenada, y cuenta
con un matacán.
Las
fortalezas de San Juan y San Felipe están construidas en mampostería
de piedras de aristas vivas tomadas con mortero de cal e hiladas de
ladrillo. El exterior se encuentra en buen estado de conservación.
En la actualidad, la torre está transformada en depósito de agua
para abastecer el pueblo.
Fuentes: castillos.net
garcilanga (Fotos)
Galería:
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