El Castillo de Requesens se alza sobre una colina a unos 7 km. al este de la localidad de Requesens, perteneciente al término municipal de La Junquera en la provincia de Girona (Cataluña).
La
construcción del primer castillo documentado en Requesens fue a
finales del siglo X, con motivo de las disputas entre los condados de
Rosellón y Ampurias. Los conflictos y enfrentamientos en la zona se
prolongaron en el tiempo, y entre 1047 y 1072 tuvo lugar la llamada
guerra de Requesens, que se inició con la toma del castillo por
parte del conde Ponce II de Ampurias, cuyos dominios quedaban
aislados y rodeados por tierras de un solo señor, el conde de
Barcelona, que se apoderó también del condado en 1172.
Para
pacificar la zona, el nuevo señor del Rosellón, el conde-rey
Alfonso II, renunció a los derechos que le correspondían sobre
Requesens a favor del conde de Ampurias, que obtuvo así el dominio
pleno. De este primer castillo quedan muy pocos restos, los situados
en la zona del recinto superior, que en el siglo XIII, al construirse
el nuevo recinto exterior, se conocía como fortaleza mayor o de
arriba.
A finales del siglo XII y durante el siglo XIII
aparecen documentados diferentes individuos apellidados Requesens,
que fueron, aparentemente, señores del castillo por el conde de
Ampurias, como Arnau de Requesens, Guillermo de Requesens o los
Castellnou (siglo XIV).
Durante la cruzada contra la Corona de
Aragón, en el verano de 1285 el castillo fué asediado por los
franceses, aunque no consiguieron tomarlo. Pero en 1288 fue
fugazmente ocupado y saqueado por un ejército francés al servicio
de Jaime II de Mallorca, que invadió el Ampurdán.
Pedro I de
Ampurias (1325-1341) adquirió a los Castellnou la señoría del
castillo de Requesens. El castillo fue alternando de propietarios, y
en 1418 pasó a manos de los vizcondes de Rocabertí, quienes
mantendrían la posesión hasta finales del siglo XIX.
El
castillo constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura
neomedieval que se conservan en Cataluña. Del edificio medieval
parece que persisten poco más que unos muros de baluartes, la torre
cuadrada del norte y una parte de la puerta del recinto superior,
fechados en los siglos XII-XIV. El edificio actual tiene tres
recintos fortificados, con torres redondas y cuadradas, portales,
almenas y matacanes de gran espectacularidad.
En el recinto
inferior destaca la amplia capilla, dedicada a la Virgen de la
Providencia (pero antiguamente, a San Romano), en la que se
reaprovecharon elementos románicos de otros edificios de la zona
(los arcos de la portada de Santa María de Requesens) y de
procedencia francesa (el tímpano y los relieves de sobre la puerta),
las caballerizas y diferentes rejas de forja que imitan motivos de
rejas medievales de la catedral de Barcelona. También hay algunos
edificios de servicio, entre los cuales unas cocinas y lo que durante
la última posguerra sirvió de hospital militar.
El segundo
recinto es más limitado, y tiene una atractiva puerta fortificada.
El
recinto noble o superior incluye diferentes estancias (con el
pavimento decorado con la roca heráldica de los Rocabertí, que se
conserva en parte), la gran sala (actualmente cerrada), con una
chimenea de piedra y unos ventanales con unos postigos que se ven de
lejos, muy teatrales y característicos, y una torre atalaya redonda
(también inaccesible), que es el punto más elevado del
complejo.
El gran patio del primer recinto y el entorno del
castillo han sido ajardinados con especies vegetales autóctonas y
foráneas pensadas para resaltar el conjunto, que se han aclimatado y
naturalizado.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
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