El Castillo de Cira, también conocido como Torre de Cira, se encuentra situado en un cerro cercano a la aldea de Santa Baia de Cira perteneciente al término municipal de Silleda de la provincia de Pontevedra (Galicia).
La
primera noticia que se halla de esta torre o castillo se remonta al
siglo XII. En efecto, el arzobispo Gelmírez con su cabildo dio
autorización a Bermudo Suarez para edificarlo. Poco tiempo después,
en el año 1121, la reina Doña Urraca despojó de él a este
caballero y lo entregó a otro llamado Juan Díaz para que lo
tuviese en su nombre. Así lo da a entender y lo confirma una
donación que don Diego Gelmírez hizo al Monasterio de San Salvador
de Camanzo. En esta donación, que debe ser del año 1122 y se
conserva original en el archivo del Monasterio de San Payo, suscribe
Juan Díaz, que tiene la Torre de Cira, de mano de dicha reina.
Posteriormente
esta fortaleza vino a parar a poder de la Casa de Altamira, cuyos
señores fueron por mucho tiempo Pertigueros Mayores de la Iglesia de
Santiago. En la segunda mitad del siglo XV parece fue demolida por
los Irmandiños, más Lope de Cadavocla volvió a levantar poco
después del año 1470 por orden de Lope Sánchez de Moscoso, primer
Conde de Altamira. No fue esto sin contradicción del arzobispo de
Santiago D. Alonso de Fonseca II, quien trató de impedírselo, porque
en las tierras de Santiago como en las demás iglesias ningún señor
podía erigir fortaleza.
Con
este objeto el arzobispo envió al esforzado caballero Esteban de
Junqueiras con un buen golpe de gente; pero los de la fortaleza,
protegidos por lo escabroso del sitio y por una fuerte empalizada que
habían levantado, rechazaron con tanto brío el ataque, que el mismo
Junqueiras salió mal herido y tuvo que retirarse con su tropa.
Según
un estudio del siglo XIX “...Hoy
no subsiste más que una torre de piedra de sillería, que por la
parte más alta tendrá 10 pies de elevación. Para penetrar en ella
hay que escalar un informe peñasco y luego trepar por el punto hasta
la estrecha puerta, que tiene cuatro cuartas de ancho y nueve de alto
hasta el vértice de la ojiva.
En
el segundo piso, en el lienzo que mira al oriente, se abre una ancha
ventana con sus correspondientes asientos de piedra. En el lienzo del
Sur no hay más que una estrecha aspillera; el del Norte no tiene luz
alguna; y en el del Poniente está la puerta. La planta es un
rectángulo de 10 varas de largo y 9 y medio de ancho, incluso el
espesor de las paredes, que es de dos varas...”.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
La Voz de Galicia
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