miércoles, 8 de febrero de 2023

Castillo de Montclús (Mediano, Huesca)

 


Las ruinas del Castillo de Montclús se encuentran situadas sobre un cerro parecido a una pirámide, emboscado y de complicado acceso, en un paraje natural espectacular, junto al Embalse de Mediano en la localidad de este nombre, perteneciente al término municipal de La Fueva en la comarca de Sobrarbe de la provincia de Huesca (Aragón). 

Se puede llegar desde la presa del pantano de Mediano andando durante hora y media a dos horas. Llegar a sus restos es una aventura, y el lugar un verdadero tesoro sin duda. Al llegar a Mediano (la nueva población, pues la antigua yace bajo las aguas del embalse), en la misma carretera A-138 hay una señal que indica "Presa de Mediano 3 km". Hay que girar a la derecha, y aunque hay señales que prohíben el paso, hay una barrera que suele estar abierta, por lo que se puede continuar. A los 3 kilómetros hay otra barrera, esta sí está fija e impide el paso de vehículos, por lo que es necesario seguir el trayecto a pie. Escasos metros más adelante se encuentra la presa. Tras cruzarla, casi inmediatamente, por detrás de una caseta, se inicia un sendero. 

Es la única manera de alcanzar los restos del castillo, pasando al otro lado, para, desde allí, acometer la subida final hasta la cima. Como referencia, decir que hay una especie de cueva junto a este paso. Es fácil de localizar. Ya al otro lado, comienza el tramo se subida final por la ladera oeste, de fuerte pendiente, con tramos que discurren por la roca, y otros entre la abundante vegetación y maleza, hasta llegar finalmente a la parte más alta del tozal. 

La fortaleza fue construida en la primera mitad del siglo XI como parte de la política emprendida por los cristianos de fortificar sus fronteras con los musulmanes de Al-Ándalus. En este caso, las tierras cristianas del Cinca son fuertemente fortificadas para, de este modo, intentar impedir el avance de los musulmanes hacia los altos valles pirenaicos. 

El castillo se erige en la orilla izquierda del río Cinca sobre un cerro desde el que gozaba de un amplio control sobre el valle del río, siendo una de las más potentes fortalezas cristianas de la zona. Al parecer era inexpugnable. Mantenía contacto visual al menos con el cercano castillo cristiano de Samitier. 

El alejamiento de la frontera con tierras de los moros producido a finales del siglo XI no hizo que se abandonara como ocurriría con otras fortalezas cercanas, sino que el castillo se mantuvo activo durante los siguientes siglos. Se conocen hasta trece tenentes desde el año 1036 hasta 1179. En el siglo XIII (1288) fue prisión del príncipe de Salerno. Se sabe que a fines del siglo XIV seguía siendo uno de los castillos más fuertes de la zona. Posteriormente se crea la baronía de Montclús, tomando como cabecera a la población y el castillo, que comprendía otros lugares cercanos. 

En el siglo XV la baronía de Montclús es vendida a Rodrigo Rebolledo de Palafox, lo que produce la indignación de los aldeanos, quienes toman el castillo. Es Antonio de Mur quien sofoca la rebelión recuperando la fortaleza en 1488. 

Ya en el siglo XVI, época de especial inseguridad en el Alto Aragón, continua la violencia contra los dueños de la baronía de Montclús, los Palafox. En 1519 los aldeanos destruyen el castillo. 

El castillo era de planta poligonal irregular, de unos 40 a 45 metros de largo y una anchura variable de 25 metros como máximo, con potentes escarpes al sur y al norte. Se conservan restos de la torre meridional, de planta circular, escasa altura y grosor de muro entre 1,20 y 1,40 metros, construida con mampostería irregular. Aún pueden verse un par de aspilleras en los muros. Puede fecharse en el siglo XII. 

También subsisten las ruinas de la torre norte, también circular, con base ataludada y 5 metros de diámetro, conservando otros 5 de altura. Realizada con buena sillería dispuesta en hiladas regulares. Se cree que los restos de esta torre pueden resultado de una reforma realizada en el siglo XV. Al oeste, en el borde, hay restos de un muro de mampostería de entre 13 y 14 metros de largo, de 5 a 6 de alto y unos 2 metros de grosor, que debía ser de la muralla. 

En el recinto se observan restos de muros en muy mal estado, correspondientes a estructuras irreconocibles, y montones de piedras sueltas que seguramente serían de la fortificación. No parece quedar prácticamente nada de su fábrica original del siglo XI. El recinto está invadido por la maleza y es complicado andar por el terreno irregular. 

Sin duda, y a pesar de la ruina generalizada, se trata de una de las joyas de la comarca en cuanto a fortificaciones se refiere, por su dilatada historia, su emplazamiento, en un bello paraje natural, los interesantes restos conservados y hasta por el complejo acceso. Se encuentra en estado de ruina progresiva, totalmente abandonado, pero espectacular.

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               Luis Puey (Fotos)

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