Los restos de las Murallas de Zafra se encuentran situadas en el casco antiguo de la localidad del mismo nombre de la provincia de Badajoz (Extremadura).
Los
Suárez
de Figueroa (Casa
de Feria) fueron una familia nobiliaria muy importante para Zafra,
pues dotaron a la villa de murallas, conventos, palacios y
hospitales.
Es
a partir de que Enrique III dona a Gomes I Suarez de Figueroa el
Señorío de Feria, en reconocimiento a los servicios prestados por
él y su familia a la Corona y a la dinastía de los Trastámara,
cuando empiezan poco a poco a hacer de Zafra el centro del Señorío,
que pasará a ser Condado y luego Ducado con el ascenso nobiliario de
los Suárez de Figueroa primero señores, después condes y por
último duques. La villa será reflejo de su autoridad y linaje.
Los
cambios urbanos comienzan con la construcción de una muralla
levantada entre 1426 y 1449, mandada construir por Lorenzo II Suárez
de Figueroa, primer conde de Feria, quien colocó la primera piedra y
lo hizo en presencia de su padre Gomes I. Testimonio del recinto
amurallado de la villa es esta inscripción que Lorenzo II mandó
colocar en la muralla, en la entrada de la Puerta de Sevilla y que
hoy puede verse en el vestíbulo del Parador de Turismo. (Transcrita
por Juan Carlos Rubio Masa). Existe también un grabado del siglo
XVII realizado por un dibujante francés llamado “Silvestre”
donde puede apreciarse el aspecto urbanístico de Zafra cuando estaba
amurallada y nos ofrece una visión conjunta de la población.
Se
llegó a un acuerdo con los vecinos consistente en eximirles de la
obligación de hacer rondas y turnos de guardia a cambio de su
colaboración en las obras del alzado de la muralla. El cerco
amurallado tenía forma de almendra, unos 5 metros de altura y unos
2´5 de grosor. El perímetro de la muralla medía casi 1200 metros.
En su recorrido se encontraban algunos baluartes y elementos
semejantes a las almenas para su defensa, también un camino de ronda
en toda su extensión para que los guardianes de la villa pudieran
recorrerlo y vigilar mejor.
La
muralla tenia doble misión, defensiva y fiscalizadora. Contaba con
varias puertas, controlando la entrada de mercaderes y vendedores. En
los puestos de guardia de las puertas se abonaban los
correspondientes impuestos. Se dice que las murallas eran de tierra y
piedra tosca sin labrar, una mampostería pobre que provocó un
rápido deterioro. A finales del siglo XIX debido a su estado se
autoriza su derribo.
En
principio se abrieron cuatro puertas principales: Puerta de Sevilla,
Puerta de Los Santos, Puerta de Badajoz y Puerta de Jerez, de las que
solo quedan estas dos últimas. Más tarde habrá necesidad de abrir
otras.
Puerta de Badajoz o Arco del Cubo:
Daba
entrada a los viajeros que provenían de Badajoz, Fuente del Maestre,
Feria. Se
abría dentro del Baluarte del Cubo, un torreón de planta
semicircular adosado a la muralla. Esta puerta se cegó y se abrió
un nuevo arco en el lienzo de la muralla, el Arco del Cubo. Más
tarde volvería a abrirse.
Los
carruajes y viandantes debían atravesar el torreón para abonar los
tributos correspondientes, se accedía por un portón lateral y
debían realizar un ángulo recto hasta salir, maniobra que debía
dificultar bastante la tarea lo que debió provocar que la pequeña
puerta se cegara y se practicara la otra más accesible directamente
sobre el muro.
Por
encima de la antigua puerta encontramos la figura ecuestre de
Santiago Matamoros que alude a la Orden de Caballería muy unida a
los Suárez de Figueroa. El hueco que hay debajo de la figura lo
ocupaba el escudo de los Figueroa. El baluarte estuvo semi-oculto
durante años, hasta que en el 2009 se comenzó una profunda tarea de
limpieza y reforma del monumento despejando el terreno colindante,
por lo que ahora podemos contemplarla en todo su esplendor.
Puerta de Sevilla:
Principal
entrada de la villa, la más transitada. Mirando al sur y al extenso
Campo de Sevilla (ahora Plaza España), explanada amplia y soleada.
La gran puerta se erguía sobre columnas estriadas en un arco
rebajado dentro de un torreón con cubierta a cuatro aguas. En
el friso del frente, sobre el arco, una pequeña capilla de la Virgen
de los Remedios coronaba la parte superior.
De
esta puerta sólo queda un pequeño vestigio, unas piedras de granito
en la fachada de la esquina izquierda de entrada a la calle Sevilla y
la imagen de Ntra. Sra. de la Aurora tallada
en el fuste de una columna de mármol y que hoy se expone en el Museo
Santa Clara de nuestra ciudad.
La
estructura y aspecto se conocen por grabados que se conservaron del
siglo XVIII. Fue
derribada en 1878, un decreto real autorizaba al Ayuntamiento a
derribarla. El
derribo se subastó, para que el ayuntamiento no tuviera más gastos,
cediendo al que se encargara algún trozo del solar. Se cedió a un
vecino una franja estrecha de terreno, donde hoy esta un pequeño
establecimiento comercial.
Puerta de los Santos:
Según
el grabado de “Silvestre” esta puerta estaba flanqueada por dos
torreones y tenía sobre el arco de entrada una capillita, Ntra.
Sra. de la Concepción y Amparo,
a semejanza de las que tenían la puerta de Sevilla y la de Jerez.
La
disposición de esta Puerta se abría al camino que comunicaba ambas
poblaciones entre la sierra de Los Santos, por el que accedían a la
villa de Zafra los comerciantes y hortelanos de Los Santos de
Maimona. Era recorrido diariamente para venir a instalar sus puestos
al mercado de la Plaza Chica, como es el del pan elaborado en las
tahonas santeñas. En sus proximidades se situaron el Pilar Redondo
intramuros y el de San Benito extramuros, uno para los humanos y el
otro para el ganado respectivamente, que llegarían exhaustos de la
larga caminata.
Puerta de Jerez:
Uno
de los rincones más típicos de Zafra. Permitía el acceso a
intramuros a los visitantes que venían de los caminos de Jerez de
los Caballeros desembocando en el zoco medieval de la Plaza Chica,
recinto rodeado por callejones donde los artesanos de los antiguos
gremios, sobre todo los del cuero, realizaban sus trabajos al abrigo
de la muralla.
El
paso por la Puerta es un doble arco apuntado de sillería sobre el
que se encuentra la capilla barroca del Cristo de la Humildad y
Paciencia. En su interior se encuentran dos imágenes, una es la de
la Virgen de la Caridad y la otra la que da nombre a este
lugar, el Cristo de la Humildad y Paciencia, que en Semana
Santa sale en procesión para encontrarse con la Virgen de los
Dolores, dicho “Encuentro” se hace en la Fuente de los
Zapateros (hoy Plaza de Ruy López).
Por
fuera de la puerta, en la fachada, podemos ver un balcón central en
la parte superior y dos hornacinas, una a cada lado, con imágenes de
San Crispín y San Crispiniano, patronos del gremio de los
zapateros y profesionales del cuero. En la parte inferior derecha,
sobre un bloque de la sillería del arco observamos la huella de un
zapato del Pie Castellano, antigua medida de la época, en uso
hasta el siglo XIX en el que se adoptó el Sistema Métrico Decimal,
equivalente a 27.86 cm, un 44/45 de la actualidad. El Pie Castellano
equivalía a 1/3 de una Vara (83.59 cm), una de las unidades
de medida que podemos observar en una columna de la Plaza Chica.
En
el campanario se expone el blasón heráldico, un jarrón de azucenas
(símbolo de la Villa) junto a los escudos nobiliarios de la Casa de
Feria (ya desaparecidos). La
Puerta a lo largo de su existencia ha tenido algunos cambios. En
su primitiva concepción disponía de dos torres laterales para la
defensa, pero éstas desaparecieron en las transformaciones que
sufrió la puerta en el siglo XVII, cuando se construyó en la parte
superior la capilla a dos alturas iluminada por una pequeña
ventana. Obras posteriores añadieron una espadaña de ladrillo
en la cúspide con dos cuerpos de campanas y un balcón de rejería
que amplió la ventana existente.
Puerta de Palacio:
La
Puerta de Palacio daba servicio al Alcázar. También llamada
Barbacana porque servía como soporte al muro de contorno. La
barbacana es una obra de fortificación situada frente a las murallas
para proteger una puerta de acceso, podía contar con portales
propios fortificados de paso obligatorio para acceder a la puerta
principal. Esta, no es una barbacana tradicional ya que no sobresale
del recinto, sino más bien al contrario, se ofrece como una doble
puerta que mantenía a salvo el Patio de Armas del Alcázar.
Puerta del Acebuche:
Acceso
principal a Palacio en el siglo XVII, daba a la plaza de armas.
Adosada a la galería que unía el palacio con la iglesia conventual
de Santa Marina. A esta portada de piedra se la conoce como
Puerta del Acebuche por la existencia de una especie de olivo
silvestre llamado acebuche que arraigó entre sus piedras. Hoy en día
es intransitable para vehículos porque se dotó de una serie de
escalones, pero en su tiempo pasaban carruajes y carros arrastrados
por animales.
Fuentes: Wikipedia
castillos.nert
Ayto. de Zafra
garcilanga (Fotos)
Galería:
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