miércoles, 26 de octubre de 2022

Murallas de Nájera (La Rioja)

 


Las Murallas de Nájera se encuentran situadas en el casco urbano de la localidad del mismo nombre de la Comunidad de La Rioja.

Aunque los cerros próximos a la actual ciudad de Nájera ya estaban habitados en la Edad de Bronce, la villa no alcanza relevancia histórica hasta el siglo X. Los árabes levantaron el castillo en esa época y le habían dado el nombre de Náxara (lugar entre peñas” a la población) y Naxarilla a su río. 

En el año 923 el rey Sancho Garcés I de Pamplona recupera Nájera y las tierras riojanas de la zona, en colaboración con Ordoño II de León, y las deja en manos de su hijo García Sánchez, pasando a denominarse Reino de Nájera. 

Al año siguiente Abderramán III destruye Pamplona y García Sánchez se ve obligado a trasladar la corte a Nájera, siendo desde entonces rey de Nájera-Pamplona. Durante buena parte del siglo X los reyes de Nájera se ven obligados a pagar tributo a los árabes tras las sucesivas victorias de éstos en sus campañas militares. Tanto Sancho Garcés II como su hijo García Sánchez II el Temblón fueron derrotados por Almanzor. 

A principios del siglo XI, en tiempos de Sancho III el Mayor, el reino alcanza su mayor extensión, abarcando buena parte del tercio norte peninsular, desde Cantabria a Cataluña. Este rey fue el gran impulsor de la ciudad, en la que celebró Cortes y a la que dotó del famoso fuero, origen de la legislación navarra y base del derecho nacional. 

Tras la muerte de Sancho III el reino se reparte entre sus hijos García Sánchez III de Navarra, Fernando I de Castilla, Ramiro I de Aragón y Gonzalo Sánchez. De este modo Nájera se convierte en la cuna de los reinos de Navarra, Castilla y Aragón. El primogénito García Sánchez III tendrá hegemonía política sobre sus hermanos. Es un personaje relevante porque conquistó Calahorra (1045), fundó el monasterio de Santa María la Real, creó la orden de caballería de la Jarra o de la Terraza (la primera en los reinos cristianos de la Península) y favoreció los escritos monásticos en San Millán, Nájera y Albelda. 

Su hijo y sucesor Sancho Garcés IV el Noble mantuvo durante más de 20 años (1054-1076) el prestigio del reino hasta que fue asesinado por su hermano Ramón durante una cacería, al precipitarlo al vacío por un barranco. La crisis y el caos originados por este suceso provocó el fin del reino de Nájera, al ser anexionadas La Rioja y las Vascongadas a Castilla por Alfonso VI de León, y Navarra a Aragón por Sancho Ramírez. 

Sin embargo, la integración de Nájera en Castilla no supuso pérdida de prestigio o de importancia, ya que siguió jugando un papel importante en la vida económica y política castellanas. Así, por ejemplo, el 1 de mayo de 1217, fue en Nájera donde doña Berenguela cedió la corona de Castilla a su hijo Fernando III el Santo. Un siglo y medio más tarde, el 3 de abril de 1367, tuvo lugar la batalla de Nájera en la que Pedro I el Cruel y sus aliados ingleses derrotaron de forma contundente a su hermanastro Enrique de Trastámara y sus aliados franceses. 

En 1438 Juan II de Castilla otorga a Nájera el título de Ciudad y en 1465 Enrique IV la dona, con su castillo y su fortaleza, a Pedro Manrique de Lara, futuro Duque de Nájera. Los Manrique de Lara serán firmes partidarios de Isabel I la Católica y de Carlos I. A este último le apoyará Antonio Manrique de Lara, segundo Duque de Nájera, al sofocar en 1520 el levantamiento de los rebeldes de la villa que apoyaron el movimiento comunero. 

El último y triste episodio histórico relevante de la villa aconteció durante la Guerra de Independencia, cuando las tropas francesas de Napoleón la ocuparon, causando destrucción y saqueos de bienes artísticos de gran valor. 

Las defensas de la villa de Nájera conforman un sistema complejo de fortificaciones que incluye el castillo, el alcázar, el cerro de Malpica y la muralla que desde estas fortalezas elevadas se extendía abarcando la propia población. El trazado de esta muralla puede adivinarse con aproximación observando el actual plano del Nájera antiguo. Tendría forma alargada y discurriría paralela al río Najerilla y a los cerros que se levantan sobre la vieja villa. Además, en muchos tramos la muralla serviría para contener crecidas puntuales del río. 

La muralla está casi desaparecida en su totalidad, conservándose tan sólo la puerta de la Plaza de la Estrella y el lienzo que desde ella alcanza el cortado del cerro rocoso de Malpica. Los restos de la muralla de Nájera pueden visitarse libremente.

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               garcilanga (Fotos)

Galería:







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