El Alcázar de Nájera se encuentra situado a media ladera entre el castillo y el casco urbano de la localidad de Nájera de la Comunidad de La Rioja.
Se
extiende por la plataforma horizontal que recorre sus caras norte y
este, empleada hasta mediados del siglo XX como eras. Desde su
posición, el alcázar domina toda la ciudad y es visible desde
cualquier punto de ella.
Además
de ser un elemento defensivo, sirvió de residencia real y palacio
ducal. Quedó abandonado a finales del siglo XVI. En el siglo
presente se están haciendo excavaciones que han sacado abundantes
restos a la luz, entre ellos interesantes mosaicos. Es de origen
musulmán, y fue construido al tiempo que el castillo de la Mota,
existiendo referencias de él en el Fuero de Nájera
(1020).
Asentado sobre un denso estrato prehistórico y
tardorromano, su mayor desarrollo se produjo a lo largo de la Edad
Media, culminando con la profunda remodelación realizada por los
Manrique de Lara en los siglos XV y XVI tras serles concedida en
propiedad la plaza de Nájera. Tras esta última intervención el
incómodo recinto medieval dejó paso a un palacio plenamente
renacentista. En 1520 fue tomado por los comuneros, que emplearon su
artillería para arrasar la ciudad.
A finales del siglo XVI el
alcázar dejó de ser la residencia de los Duques de Nájera,
comenzando así su rápido deterioro. En 1659 se señala expresamente
su estado de ruina, sumándose éste a otros testimonios de la época.
En la donación que Antonio Manuel Manrique de Lara hace al
monasterio de Santa María se ratifica el grado de abandono del
alcázar: “...los
despojos del Alcázar con que se hizo la sacristía en 1672...”.
En 1734 los duques dieron a la ciudad de Nájera su autorizaron para
aprovechar la piedra del lugar.
En 1822, ante la escasa
rentabilidad que le proporcionan los terrenos alrededor de las ruinas
del alcázar y del castillo, el Duque enajenó en uso de dichos
terrenos a un vecino de la localidad. A partir de entonces los
terrenos se fueron transformando hasta acabar siendo utilizados como
eras.
A lo largo del siglo XX se recogieron en las laderas de
las Eras del Alcázar una nutrida y variada colección de materiales
arqueológicos que, según los estudios realizados, indicaban la
existencia de un lujoso palacio semejante a otros palacios
castellanos ricamente decorados al estilo mudéjar. No obstante se
desconocían su morfología y localización exacta.
En 2002 se
iniciaron las excavaciones arqueológicas gracias a la iniciativa
municipal y al apoyo económico de la Comunidad Autónoma de La
Rioja, encargándose el Museo Najerillense de la dirección y
coordinación de los trabajos. A lo largo de 10 meses se realizaron
cuatro campañas de campo y, paralelamente, se desarrollaron los
trabajos de limpieza, reconstrucción, restauración y catalogación
de los materiales arqueológicos recuperados.
El
Alcázar constituye el núcleo residencial del extenso y complejo
sistema defensivo medieval que comprende no sólo el Cerro de la
Mota, coronado por el castillo, sino también el recinto amurallado
de Malpica, las murallas del casco urbano de Nájera, la
fortificación del puente y las cuevas artificiales talladas en los
cortados que guardan su espalda.
Las campañas arqueológicas
realizadas en el alcázar muestran una secuencia de cinco muros
paralelos, escalonados en altura siguiendo la pendiente de la ladera,
dispuestos para reforzar y defender el desnivel de 12 metros
existente entre el exterior y el interior del recinto. Los muros
parten por el oeste de otro gran muro perpendicular, orientado de
norte a sur, para terminar en el precipicio natural situado al este.
Entre ellos se disponen diversas dependencias y una amplia escalinata
de acceso trazada en la última época.
En la parte superior
del recinto se ha dejado al descubierto un suelo empedrado, del que
ya se conocía su existencia, y varias habitaciones, de las que sólo
se conservan los restos de los muros.
También se ha sacado a
la luz una calle de acceso empedrada que, tras superar la puerta de
entrada, se transforma en una monumental escalinata que desemboca en
un gran patio de armas, posiblemente porticado.
Aparecen
también los restos del palacio que los duques de Nájera erigieron a
mediados del siglo XVI, decorado ricamente con tracerías de estilo
gótico y renacentista, y con una variada gama de azulejos mozárabes
traídos de Teruel, Toledo y Sevilla que se conservan en el Museo
Najerillense.
Excepto entre los dos muros defensivos, donde se
esperaba encontrar un paso porticado que no se ha localizado y se
volverá a rellenar de escombro para dar más estabilidad a las
paredes, no ha aparecido ningún otro resto de interés, aparte de
restos de cerámica y alguna moneda, que han quedado depositados en
el Museo Najerillense. Eso no quiere decir que no existan, ya que una
buena parte del conjunto todavía no se ha estudiado, ni se hará de
forma inmediata.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
garcilanga (Fotos)
Galería:
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