El Castillo de Castellví de la Marca, también llamado El Castellot, se encuentra situado en el término municipal de la localidad de este nombre en la comarca del Alt Penedés de la provincia de Barcelona (Cataluña).
Se
trata de una edificación defensiva de época medieval que a su lado
tiene los restos de la capilla del propio castillo dedicada a Sant
Miquel. Su situación fue estratégicamente inigualable, porque
controlaba la frontera castellera entre los musulmanes establecidos
en las tierras tarraconenses y hacía de enlace con la marca
castellera del Gaiá a través de los castillos de Marmellar y de
Montmell.
Por
otro lado, el castillo está conectado con los de Mediona, Font-rubí,
Pontons, Torrelles y Sant Martí de Sarroca por la cordillera más
interior, y con los de Gelida, Subirats y Olérdola en la más
cercana a la costa. A su pie se fueron edificando los castillos de la
llanura como fueron el de Banyeres, Llorenç, Santa Oliva, La Bisbal
y Calafell, entre otros.
Se
menciona por primera vez en el año 977 en que fue vendido por el
conde Borrell de Barcelona a Unifred y posteriormente, en 990, con
motivo de una venta de los hermanos Calabuig y Guazamir (o Guadamía)
a Senfred. Sin embargo en el 1023, el castillo era de los condes de
Barcelona, Berenguer Ramón I y su esposa Sancha, que lo vendieron a
Guillermo I de Castellvell, hijo del difunto Amat, poseedor de
Castellvell de Rosanes y señor del castillo de la Guardia de
Montserrat.
La
existencia de estos dos castillos dentro de una misma baronía, y con
una misma denominación, lleva a confusión en algunos casos sobre
cuál es cuál en la documentación relacionada con ellos. Con todo,
parece ser que lo que aparece a menudo como «Castro vetula»
es el de Castellví de la Marca.
El
año 1213 la denominación de este castillo aún mantenía la palabra
«extremo» bajo la forma de "Castri Veteri Extremerii»
aunque posteriormente también llega a ser conocido como Castellvell
del Penedés (1221). Durante este siglo XIII las preferencias de la
familia Castellvell se centraron en torno al Castellví de la Marca,
fijando Guillema de Castellvell su residencia en él. Guillema se
casó en primeras nupcias con Guillermo Ramón I de Montcada, en
1228, por lo que la baronía de Castellvell pasó a depender de la
casa de los Montcada a través de su hijo Guillem de Montcada,
vizconde de Bearn. Durante tres generaciones perteneció a los
Montcada hasta que se extinguió con otra Guillema de Montcada en
1309, pasando a su sobrino Gascó de Armañac vizconde de Fesensaguet
y unos años después a los condes de Foix.
Martín
el Humano mostró interés en que este castillo y su término pasara
a depender de Barcelona dando órdenes al veguer de Barcelona y del
Vallés (1399) que pusiera a subasta el castillo y su jurisdicción
proponiendo a los consejeros de Barcelona que accedieran a efectuar
la compra. Castillo y baronía habían sido incautados a los Foix
pasando a depender de la Corona de Aragón. Las últimas noticias documentales del castillo datan de 1481 cuando
el rey Fernando el Católico ordenó al veguer de Vilafranca que
restituyera a la princesa de Viana, tutora del rey de Navarra, la baronía de Castellví de la Marca. La baronía pasó a los Zúñiga
(1549) y luego a Fajardo (1618). En 1856 pasó a Cavero, condes de
Sobradiel, siendo el último señor jurisdiccional Francisco de Borja
Álvarez de Toledo y Osorio. El castillo, sin embargo, ya mucho antes
quedó abandonado hasta quedar los restos que hoy podemos ver de pie.
La
construcción se compone de una Torre del Homenaje circular, una
capilla y un recinto amurallado. De este último no quedan sino
escasísimos restos, apenas unos pocos lienzos de muro casi
completamente arrasados. La torre y la capilla se situaban en uno de
sus extremos, junto al precipicio oriental. La Torre del Homenaje es
una construcción circular, con un diámetro interno de 220 cm. y
muros parcialmente derruidos cuyo grosor aproximado es de 165 cm. Se
han conservado mejor junto al precipicio del sector noreste, donde
llegan a una altura de 10 m.
La
torre contaba al menos con tres plantas. Todo el aparejo está
formado por heterogéneas piezas apenas desbastadas, dispuestas de
forma irregular y unidas con abundante mortero. El material
constructivo se dispone en hiladas horizontales de mayor regularidad
conforme el edificio gana en altura. En el nivel inferior noroeste de
la torre se aprecia el uso de un opus
spicatum
de factura muy tosca. La torre maestra tiene adosada en su sector
noroccidental una construcción de planta rectangular de (4,50 x 2,10
m.), cuyos muros se han conservado hasta una altura muy reducida.
Hacia
el este de la torre se alza una construcción tradicionalmente
identificada como la capilla del castillo. En 1026 se prestaba allí
juramento, un lugar donde se veneraba a San Julián y San Pedro y
cuyo altar estaba dedicado al arcángel San Miguel. La dedicación de
los santuarios dependientes de castillos al jefe de las milicias
celestiales fue muy común durante la Edad Media. A fines del siglo
XIII el arcángel compartía la advocación de la capilla con San
Pedro y Santa María.
El
edificio disponía de una nave septentrional, conservada casi
completa; y otra meridional, prácticamente desaparecida en su
totalidad. La septentrional está cubierta por una bóveda de medio
cañón. El extremo oriental presenta testero plano perforado por una
ventana abocinada de medio punto. Ambas naves se comunicaban entre sí
mediante dos grandes arcos de medio punto formados por grandes
dovelas que descansan sobre un pilar central de sección
cuadrangular.
Hay
muy pocos paralelos tipológicos para el castillo de Castellví de la
Marca, aunque se han conservado iglesias de dos naves en el templo
prerrománico de Santa Coloma de Fitor (construido probablemente en
el siglo X) y el románico de Sant Esteve de Peratallada (siglo XI).
La Torre del Homenaje podría datar de fines del siglo X y la capilla
ser coetánea o algo más tardía (comienzos del siglo XI), aunque lo
excepcional del planteamiento arquitectónico impide ofrecer una
cronología completamente satisfactoria.
En
el año 2018 comenzó la restauración y puesta en valor de las
ruinas del castillo, haciendo hincapié en los restos de la Torre del
Homenaje, la cual tras la restauración. ha quedado en perfecto
estado así como las excavaciones de su alrededor que también han
sido puestas en valor.
Fuentes: Wikipedia
Cataluña Medieval
Pobles de Cataluña
Galería:
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