El Castillo de Castellar se encuentra situado en el núcleo poblacional de Castellar perteneciente a la localidad de Aguilar de Segarra en la comarca del Bages de la provincia de Barcelona (Cataluña).
Se
puede llegar a él saliendo de la localidad de Castellar hacia Calaf
por la carretera N-141. Tras un par de kilómetros hay que desviarse
a la izquierda por una pista en bastante buen estado (con un cartel
indicativo) que, tras recorrer unos tres kilómetros aproximadamente,
ganando altura en medio de una paraje de gran belleza, nos lleva
hasta el cerro donde se asienta el castillo.
Este
castillo fronterizo aparece documentado en el siglo X (983) y en el
XI (1029), aunque la edificación actual es del siglo XVII. A
comienzos del siglo IX, un siglo después de que los musulmanes
invadiesen la península Ibérica, y tras largos años de luchas y
enfrentamientos, se constituyó la llamada Marca Hispánica, una zona
fronteriza entre los musulmanes del Emirato de Córdoba y los
cristianos del reino franco. Las tierras catalanas pasaron a formar
parte de este territorio de frontera, y organizadas por el imperio
Carolingio en condados gobernados por condes.
Para
garantizar su frontera meridional frente a los musulmanes, los
condados catalanes construyeron entre los siglos IX y XI, y
reaprovecharon otros musulmanes, una amplia red de castillos,
atalayas y torres de defensa por toda la Marca, fortificando con más
de cien castillos un territorio muy extenso que se extendía desde
Barcelona hasta el Pallars, en tierras de Lleida. Así nacerían los
castillos de frontera catalanes. La Marca quedó estabilizada durante
tres siglos entorno al Llobregat, Cardener, y el Montsec. A mediados
del siglo XI, con la disgregación del Califato de Córdoba en los
diferentes reinos de taifas, los condados catalanes pasaron a ser
territorios de avanzada y conquistadores.
En
el siglo XI, el condado de Manresa controlaba un extenso territorio
que abarcaba Manresa hasta cerca de Lérida. Para defender las
tierras que se iban ganando a los musulmanes, se fueron levantando
numerosas fortificaciones y reaprovechando otras musulmanes,
formándose así la línea defensiva fronteriza del Anoia, en la
Marca Manresana, que llegaba hasta la comarca de la Segarra, en
tierras de Lleida.
El
castillo de Castellar, documentado en el siglo X (983) y en el XI
(1029), formó parte de los castillos de frontera de la Marca
Hispánica, en la línea de fortificaciones de la Marca Manresana. En
esta extensa red defensiva, el castillo de Castellar estaba
acompañado por las vecinas fortalezas de Aguilar de Segarra al
noroeste, con la que tenía contacto visual, Grevalosa al sur,
Boixadors más adelantado que Aguilar al noroeste, Fonollosa al
norte, Rajadell muy cercano al este en posición más retrasada, y los
de Calaf y la Torre Manresana al oeste, entre otros. Todos ellos
estaban comunicados visualmente, formando así un eficaz sistema
defensivo,
Situado
a pocos kilómetros de Manresa, sede del antiguo condado, las
funciones del castillo de Castellar eran, además de la defensiva,
evitar que los musulmanes se internaran por los valles para alcanzar
las llanuras donde estaban situadas las ciudades cristianas, y servir
de base para reconquistar nuevas tierras a los moros por el oeste y
así poder avanzar hasta tierras del Urgell.
Hacia
1022 la fortaleza había definido su territorio de reconquista. Se
sabe por el testamento de un tal Seguí, de nuevas tierras ganadas a
los musulmanes que se extendían desde el castillo hasta la Segarra,
en tierras de Lleida. El avance quedó marcado por la construcción
de nuevas torres o fortificaciones defensivas, como la de Guardia
Pilosa, Vilallonga, Seguer, o Puigfarner. La fortaleza ha sufrido
diversas modificaciones a lo largo de los siglos. En el XVII fue
reconvertido en masía.
Se
trata de una edificación de forma alargada levantada sobre la roca.
Sus muros son fuertes y gruesos, y cuentan con ventanas altas.
Conserva aspilleras en la parte baja de uno de sus muros. La puerta
de entrada se abre a levante y está situada justo sobre la pendiente
de más difícil acceso. Su elemento más antiguo es la torre, de la
que se conservan un par de muros de unos dos metros de grosor.
En
su interior aún pueden verse diversos restos como alacenas de
piedra, una sala para prensar la uva, diversos depósitos, el patio,
un depósito de agua y diversos elementos como puertas y ventanas de
piedra. Junto al castillo hay un mirador desde donde se contemplan
fantásticas vistas de la localidad de Castellar y del precioso valle
que vigila eternamente. La construcción es de piedra muy rústica.
Ha sido restaurado y se encuentra en buen estado de conservación,
aunque transformado.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Cataluña Medieval
Luis Puey (Fotos)
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