Las Murallas de Zamora se encuentran situadas en el casco antiguo de Zamora, capital de la provincia del mismo nombre de la Comunidad de Castilla-León.
La
importancia estratégica de Zamora ha sido puesta de manifiesto desde
la más remota antigüedad. Su elevada posición sobre el valle del
Duero induce a suponer su fortificación desde tiempos inmemoriales.
La construcción del primer recinto amurallado está documentada en
el año 893, durante el reinado de Alfonso III de León.
Durante
la Reconquista, los sucesivos despoblamientos y retornos de los
cristianos contribuyeron a conformar la primitiva cerca o muralla,
que llegó a tener dos sucesivos recintos más: el segundo en tiempos
de Alfonso IX, que a partir de la Puerta
de Zambranos
incluye en su perímetro las pueblas
de
San Torcaz y San Antolín, y un tercero más moderno que se construyó
para dar amparo a los barrios surgidos en la zona menos protegida de
la ciudad y en los aledaños del río.
Las últimas mejoras y
ampliaciones de la muralla zamorana datan de las guerras
napoleónicas. Lamentablemente, a partir de finales del siglo XIX, y
amparados en un mal entendido progresismo, los políticos locales
permitieron la demolición de tramos importantes, aunque se ha
llegado a conservar aproximadamente la mitad del perímetro total.
En
la actualidad se ha adoptado una política diferente, que está
intentando dejar a la vista las zonas de muralla ocultas por
edificaciones adosadas, a la vez que se intenta restaurar y
acondicionar diferentes lienzos del perímetro murado.
Se
conservan alrededor de 3 kilómetros del recinto amurallado en buen
estado, y en la parte del alcázar y la catedral tres puertas
enteras, la Puerta
de la Traición,
por donde entró Bellido Dolfos tras matar al Rey Sancho II en 1072.
La Puerta Óptima,
situada al lado de la Casa del Cid y el Episcopal y por la que
salieron las tropas zamoranas que reconquistaron Mérida a los moros,
y la Puerta de
Doña Urraca,
defendida además por el palacio de la Reina Doña Urraca.
Otra
puerta entera pero cegada está en el alcázar, es la Puerta de Santa
Colomba, y al lado de la Puerta Óptima hay un portillo de origen
incierto, quizá románico, en cuyo interior parece tener
desaguaderos que corresponden con la casa del Cid. Existían otras
puertas de las cuales han quedado sus nombres en las calles y de las
que se intuye su situación, sobre todo de la Puerta de Santa Ana y la
Puerta Nueva, así como la Puerta de Santa Clara, la Puerta de San
Pablo, la Puerta de San Torcuato y la Puerta del Mercadillo.
Algunos
tramos han sido restaurados y consolidados.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
garcilanga (Fotos)
Galería:
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