El Castillo de Alhóndiga se encuentra situado sobre un cerro que actualmente contiene las ruinas de una iglesia y desde el que domina la localidad del mismo nombre en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha).
En
las Relaciones Topográficas de Felipe II se hace referencia a la
localidad de Alhóndiga en estos términos: “... A
éste dixeron: que esta Villa está en un Cerro redondo y pequeño, y
en lo último del dicho cerro está la Iglesia a modo de Castillo con
sus cercas, y tiene tres calles pequeñas, que suben y embocan en
dicho Cerro que está la Yglesia y el dicho pueblo”.
Su
nombre, de origen árabe, viene a significar «mesón» o «casa de
camino» por estarlo en un lugar que fue muy transitado desde los
tiempos de la romanización hasta la Edad Media. Su origen probable
se remonta a la época de la repoblación tras la conquista de la
región a los árabes, hacia la segunda mitad del siglo XII.
Concretamente en 1170 aparece ya como señora de ella la Orden de los
Hospitalarios de San Juan, y es en ese año cuando su prior fray
Juan, al que se dice en un documento ser su primer repoblador,
concedió al lugar un fuero o carta-puebla, siendo pocos años
después otro prior, fray Raimbaldo, quien lo confirmó y puso en
práctica.
Durante
los siglos XII al XVI estuvo Alhóndiga en posesión, junto con
Peñalver, de la Orden Militar de San Juan, gozando en todo ese
intervalo de una población numerosa y próspera. Fue luego en 1552
que la Orden vendió su villa a un particular: a don Juan Juárez de
Carvajal, obispo de Lugo, en cuyos descendientes permaneció varios
siglos, pasando por enlaces familiares a la casa de los marqueses de
Almenara y luego al señorío del duque de Híjar, hasta el siglo XIX
cuando se abolieron los señoríos.
De
su patrimonio, que en principio puede parecer escaso y aburrido,
sobresalen al menos cuatro piezas que merece admirar: es la primera
la iglesia
parroquial,
dedicada a San Juan Bautista, tradicional patrono de Alhóndiga, y
que es construcción del siglo XIX, no encerrando nada de interés
artístico. Su sola presencia, en alto, presidiendo limpia plaza, es
un entorno agradable y relajado.
En
lo alto del cerro, en el lugar que hoy ocupa el cementerio, y con
visos de medieval castillete,
asentó la iglesia antigua, probablemente románica, de la que ya
nada queda hoy día. Sin duda que fue ese cerro, con oficios de
antigua atalaya dominante del valle del Arlés en una gran longitud,
la sede del castillo que en Alhóndiga pusieron los caballeros
sanjuanistas, como al mismo tiempo habían hecho con la otra
localidad que enseñoreaban, Peñalver.
De ese castillo, de la
iglesia que hubiera en su interior nada queda. En el siglo XIX se
habilitó ese alto espacio como lugar de enterramiento de los
fallecidos, y por lo tanto en oficio de Cementerio. Hoy, además, se
han entretenido en ponerle a los muros unas almenas que vistas así,
de lejos, semejan las rehabilitadas ruinas de un antiguo castillo.
Se
encuentra en estado de ruina. Sólo quedan algunos vestigios. Es de
acceso libre.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
miancema (Fotos)
Galería:
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