Los escasos restos del Castillo de s´Avellana se encuentran situados en el término municipal de la localidad de Les Masies de Roda en la comarca de Osona de la provincia de Barcelona (Cataluña).
Corresponden
a los restos de una edificación militar del siglo X. Su historia
conocida se inicia en el año 1067, cuando el Obispo de Vic, Guillem
de Balsareny, va a encargar este castillo de s´Avellana con sus
términos y pertenencias a los vizcondes de Girona, Ponç de Cabrera
y su mujer Beatriu, pactándose que siempre que el obispo pidiese la
potestad de entrat y salir del castillo los vizcondes lo acatasen.
La
familia más vinculada con s´Avellana fue la familia Eures. El 12
de junio de 1099 el vizconde de Cabrera enfeuda a Guillem Borrell
d´Eures el castillo. Se trata de la misma familia que ejercía la
castellanía de Vilagelans. Los Eures y sus sucesores poseyeron las
tierras de s´Avellana hasta fines del año 1375. Sin embargo la
importancia de este castillo se eclipsa durante el siglo XIV, hasta
el punto de desaparecer de la documentación posterior.
Es
posible que el castillo fuera derruido en el año 1302, con motivo de
las razzias contra los Cabrera. También pudo ser que la demolición
se hiciera con motivo de la expedición armada que el 18 de
septiembre de 1317 instó la Obispalía de Vic contra él.
El
castillo se levantó en un cerro rocoso alargado y estrecho de unos
50 metros de largo, rodeado por escarpes en todos los lados excepto
la parte que recibe el camino de acceso. Son los restos de un
castillo medieval de época románica situado en lo alto de una
colina al que se accede por unas escaleras retalladas en la roca. Los
restos se reducen a algunos tramos de muros y diferentes negativos
excavados en la roca para poder asentar sus estructuras.
Los
restos del muro perimetral se adecúan al relleno geográfico,
formando una planta irregular que se asemeja a la forma de un barco.
El aparejo del paramento está formado por piedras grandes y medias
desbastadas y ligadas con mortero de cal. Forman hileras regulares y
en algunos tramos se pueden apreciar todavía los agujeros empleados
para colocar las piedras. La mayoría de los muros no tienen más de
medio metro de potencia, sin embargo a tramontana se encuentran muros
de unos 3 metros de altura.
Cabe
destacar que en sector noroccidental todavía queda potencia para excavar, donde se intuyen los restos de una torre circular, todo lo
contrario del sector opuesto, donde solamente queda roca madre vista.
Se
conservan restos de muros de sillarejo y mampuesto pertenecientes al
perímetro, una escalera que subía al peñón y la base de una
torre.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Cataluña Medieval
Luis Puey (Fotos)
Galería:
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