lunes, 4 de noviembre de 2024

Castillo de Rocafort (Barcelona)

 


Las ruinas del Castillo de Rocafort se encuentran situadas sobre una pequeña colina a las afueras de la localidad de Rocafort del término municipal de El Pont de Vilomara de la comarca del Bages en la provincia de Barcelona (Cataluña). 

Se puede llegar desde la localidad de Pont de Vilomara saliendo por la carretera BV-1224 en dirección a Rocafort. Las ruinas se encuentran poco antes de llegar a Rocafort. Entre los kilómetros 1 y 0 hay que girar a la izquierda por una pista sin asfaltar y sin señalización que, en menos de 100 metros, lleva a los pies del cerro. Desde ahí se llega a la cima del cerro andando cuesta arriba durante unos cinco minutos por un sendero estrecho. 

Documentado en el siglo XI, aunque Rocafort es mencionado por primera vez en el año 909 en una escritura de venta, otorgada por los condes Sunyer y Riquilda, de un alodio situado en el valle de Néspola (de Nísperos) en el lugar llamado Palacio de Vesa del condado de Manresa. Este sería su nombre primitivo. 

La primera referencia con el nombre actual sería en otro documento, del año 1023, donde ya es llamado «Rokaforte» (castillo fuerte). Pero el topónimo Rocafort prevalecerá como definitivo en la denominación del castillo, la parroquia, el linaje y la señoría feudal del término. La familia Rocafort lo mantendrá hasta que el año 1281, Humberto de Rocafort lo vende a Pedro Sitjar, ciudadano de Barcelona, en todo su dominio. Fue un nieto de este, también llamado Pedro Sitjar, el último señor laico de Rocafort, cuyos restos reposan en el sarcófago que se conserva en la iglesia de Rocafort. 

En el año 1377, su viuda, Guillerma Nerell, deja todo el señorío de Rocafort en el monasterio de Sant Benet, con el que la Casa de Rocafort mantenía relaciones desde siglos antes. El monasterio tendrá la jurisdicción señorial del término de Rocafort hasta la desaparición de los derechos señoriales y de las órdenes religiosas en 1835. El castillo, abandonado por los monjes, fue destruido durante la guerra de los catalanes contra el rey Juan II. 

Desde el alto donde se asienta el castillo la vista es magnífica. Mirando al Sudeste se distingue al fondo el pueblo de Rocafort, rodeado de colinas cubiertas de frondosos bosques de pinos. Dos documentos del siglo XIV nos aportan ciertas pistas sobre la configuración del castillo. En el primero del año 1318, Sibila, viuda de Berenguer Sitjar, cuando dona el castillo a su hijo Pere, pone como condición que en caso de discordia habitaría ella la más alta de las torres del castillo. 

En el segundo, el ya citado en 1377, se narra cómo, asido por la mano, el abad fue introducido en el patio que había en la entrada del castillo y cómo Pere de Sabater subió a la torre mayor a tocar el cuerno. De ambos testimonios documentales se deduce que el castillo tenía varias torres, de las que una sobresalía en altura y que había un patio en la entrada del castillo. 

De la fortaleza se conservan, ocultos por la vegetación, parte de los restos de los muros perimetrales, sobre todo en los lados sur, oeste y norte, así como un paño del muro meridional del edificio. Los paramentos están realizados en sillares de diferente tamaño bien escuadrados. No es extraño encontrar por todo el perímetro sillares esparcidos por el suelo. El edificio tiene una altura de unos 10 m., y presenta una ventana cuadrada en lo alto, posiblemente añadida en época posterior a juzgar por el cambio en el aparejo que la rodea en relación al de la parte inferior del muro. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               Cataluña Medieval
               Luis Puey (Fotos)

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