El Castillo de Carbonera se encuentra situado en el término municipal de la localidad de Beniatjar de la provincia de Valencia (Comunidad Valenciana).
El
castillo se puede localizar en la vertiente Norte de la Sierra de
Benicadell, sobre un cerro cónico denominado Peña del Castellet, a
630 m. de altura y a dos kilómetros al Suroeste del pueblo en línea
recta. La línea divisoria de los términos de Otos y Beniatjar parte
por la mitad cerro y castillo, pero desde siempre se ha dado por
hecha su pertenencia a Beniatjar. Su acceso resulta sencillo desde la
carretera de Otos, donde nace un sendero que asciende a la sierra.
El
castillo aparece citado por primera vez en el Cantar de Mío Cid,
cuando después de volver de la expedición de Alfonso V a Granada en
1092, Rodrigo Díaz lo reconstruyó con ayuda del rey de Valencia
Al-Qadir. Origen musulmán. Por su emplazamiento fronterizo entre las
taifas de Valencia y Denia fue codiciado por numerosas expediciones,
destacando las conquistas del Cid en 1091 y 1099, la de Pedro I de
Aragón en 1094 y Alfonso el Batallador en 1126.
Alcanzó
su máxima importancia en el siglo XIII, cuando de él dependían los
pueblos de Salem, Ráfol, Beniatjar, Carrícola, Torralba y Misena.
Jaime I le impuso, tras su conquista, una primera contribución de
600 besantes. Durante la sublevación de Al-Azraq fue tomado por su
lugarteniente Ibn Bassal, cuyas fuerzas no pudieron ser expulsadas
del castillo hasta 1249. En 1398, Alfonso III lo donó a Bernardo de
Bellvís, pasando a convertirse en propiedad feudal. Es entonces
cuando comenzó su abandono y deterioro, pues los nuevos señores
preferirán las comodidades de la vida en el valle. En 1912 fue
estudiado por Mariano Jornet Perales, y es de ese estudio de donde
proceden todos los datos sobre estructura y morfología de los que
disponemos. Pero han pasado casi cien años y el deterioro de la
fortaleza ha sido enorme.
Castillo
montano de planta irregular adaptada al espacio disponible, con tres
recintos reforzados por cubos de trecho en trecho. Los muros
exteriores tienen 2 m. de espesor, y están construidos con hiladas
de mampostería pero buscando para la cara exterior su lado más
recto. Los muros interiores son de piedras más irregulares mezcladas
con abundante mortero con grava. Del recinto superior apenas quena
nada, pero se puede seguir su perímetro gracias a la plataforma
rocosa donde se alzaba. Debió hacer las funciones de alcazarejo o
celoquia.
El
recinto intermedio es el mejor conservado y se puede considerar que
es el castillo propiamente dicho. Mide 95 m. de largo por 37 m. de
ancho, con un perímetro de sus muros de 280 m. que ocupan una
superficie de 2.680 m2. La altura conservada de sus muros es muy
escasa, apenas a nivel del suelo, pero todavía se puede distinguir,
aunque con bastante dificultad, un cubo en el lado Norte, otro en el
extremo Este, y tres más en el frente Sur, todos cuadrangulares. En
este recinto se conserva un gran aljibe y una, no menos grande,
habitación, los dos con el arranque de las bóvedas que los cubrían.
Se sitúan adosados entre sí al muro Norte.
La
puerta de entrada estuvo en el extremo Oeste, aunque de ella nada
queda. Por último, se observan algunos vestigios y pequeños lienzos
de otro recinto situado a nivel inferior, que algunos lo califican de
barrera o antemuro. Aunque quizá este tercer recinto funcionase como
albacar, para refugio de gentes y rebaños. La mayor parte de los
restos conservados son de mampostería, pero también hay tramos de
tapial.
Fuentes: Wikipedia
castillosricsol.org
A tir de pedra (Fotos)
Galería:
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