La Medina Vascos, también llamada Ciudad de Vascos, es un yacimiento arqueológico que se ubica en el extremo occidental de la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha) y a cinco km. al oeste de la población de Navalmoralejo y en su término municipal.
Navalmoralejo se encuentra a los pies de la Sierra Ancha
y Aguda y en la orilla este del río Huso, afluente meridional del río Tajo. Se sitúa cerca del pueblo de El
Puente del Arzobispo, lindando con la provincia de Cáceres.
Son
los restos de una antigua “madïna (ciudad) de Al-Ándalus
de
la que hay constancia que estuvo habitada entre los siglos IX y XII,
momento en el que se abandona hasta nuestros días. Destacan
los restos arquitectónicos de sus defensas, así como numerosas
evidencias del urbanismo referenciadas por diferentes viajeros a lo
largo de la Historia. Se cree que su nombre actual deriva del
territorio de Basak, uno de los tres distritos que dependían de
Madina al-Talabaira (Talavera de la Reina, habiéndose propuesto la identificación de la ciudad propiamente
dicha con la ilocalizada Madïna de Nafza, de origen bereber. No obstante, no hay unanimidad entre los expertos sobre este asunto.
En
Al-Ándalus se daban cinco tipos de ciudades: tipo espolón; ciudad
acrópolis o ciudad clásica de al-Ándalus; ciudad de colina; ciudad
en llano con cinturón de agua y ciudad puente. La ciudad de Vascos
es de tipo
colina,
ubicada en la confluencia de dos corrientes de agua a menudo modestas
como ocurre también en otros lugares de España. La muralla, en
muchas ocasiones adaptada a las curvas de nivel cuyo trazado sigue,
recorre el conjunto del perímetro urbano.
En
Vascos, el reducto fortificado no se encuentra sobre el punto más
elevado del espacio intramuros sino sobre una altura menos marcada
que, por el contrario, domina la confluencia.
El
yacimiento se extiende en torno a un espacio de unas 30 ha. Presenta
un núcleo central de asentamiento al interior de un perímetro
amurallado, que cerca un espacio de 8 ha urbanizadas y dominadas en
su lado norte por una alcazaba; al exterior y de una forma más
dispersa, se encuentran diferentes áreas funcionales que incluyen un
arrabal y dos cementerios. La piedra, ya se trate de piedra seca o de
mampostería es utilizada para edificar el recinto urbano y el
aparejo de piedra tallada bien trabajada caracteriza los principales
recintos omeyas, como es el caso de la muralla occidental de Vascos.
En
su origen Vascos pudo ser un
ribat
o posición defensiva, con guarnición de soldados voluntarios,
frente a la frontera cristiana, quizá datable de época emiral
(siglo IX), que posteriormente se fortificó como castillo (hisn)
y se pobló de bereberes. La ciudad ascendería de hisn
a madïna
ya en época califal, quizá entre 930 y 950, por motivos estratégicos, para controlar los
vados del Tajo, o por motivos económicos, por su proximidad a las minas de hierro de
los Montes de Toledo.
En
tiempos de los taifas, Vascos perteneció a la Taifa de Toledo y quizá pasó a poder
cristiano hacia el año 1085, cuando Alfonso VI ocupó Toledo. Poco
después la ciudad sería abandonada definitivamente, pues los
repobladores del territorio preferirían establecerse en las vegas
del río Tajo.
La
situación de la alcazaba
de Vascos es excepcional. La ciudad está instalada sobre una colina
más elevada en el sur (430 m.s.n.m. de altitud) que en el norte (390
m.s.n.m.). Ahora bien, la fortaleza se erige al norte de la ciudad ,
es decir sobre el punto menos elevado del lugar, pero es allí desde
donde domina la confluencia del Huso y la Mora. Por su emplazamiento
topográfico, la alcazaba parece así vuelta hacia el exterior y no
hacia la ciudad, pero desde lo alto de la alcazaba el panorama que se
divisa está limitado del lado de la confluencia por una barrera
rocosa elevada sobre la orilla opuesta del Huso, mientras que resulta
muy abierto hacia el poblamiento. Se tiene, esta vez, la sensación
de que la alcazaba se ha vuelto hacia el interior de la ciudad. El
emplazamiento elegido plantea un último problema: la colina domina
el río por una vertical tan pronunciada que uno se pregunta si los
habitantes de la alcazaba pueden abandonarla sin pasar por la ciudad.
La
otra colina comprendida en el recinto urbano da por el contrario al
campo. Una situación casi similar se observa en Guadalajara:
la fortaleza se sitúa al borde de un foso bastante pronunciado y
domina el río Henares, que se puede atravesar por un puente, no obstante la alcazaba no está
situada sobre el punto más elevado del núcleo urbano, y parece más
vuelta hacia el exterior que hacia el interior de la ciudad.
Es
visitable desde mediados de Mayo hasta Noviembre, debido a que el
paraje es zona de cría de la cigüeña negra.
Fuentes: Wikipedia
Crónicas Arqueológicas de CLM
Galería:
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