El Castillo de Gáver, también llamado Torre de Gáver, se encuentra situado sobre un cerro a escasos metros de la iglesia vieja de Santa María por encima de las casas de la población de Gáver en el término municipal de Estarás de la comarca de la Segarra en la provincia de Lleida (Cataluña).
En la carretera hay que tomar el desvío
señalizado que asciende hasta la localidad. A unos 150 metros hay
una bifurcación. A la derecha lleva a las casas del pueblo, por lo
que hay que seguir por la izquierda. La carretera, ascendentes y con
curvas, se convierte en camino de tierra. Como hay carteles
indicativos que indican Iglesia de Santa Maria, o Torre, no hay
pérdida. En no más de un kilómetro se llega a la fortificación,
que se encuentra bastante oculta por la maleza.
El
topónimo Gáver aparece documentado en el siglo XI, en 1015, cuando
la Marca de la Segarra, territorio fronterizo en el que se producían
continuas escaramuzas entre musulmanes y cristianos, fue adjudicada a
Guillem de Queralt con la misión de rendir enclaves ocupados por los
musulmanes que abarcaban tierras desde entornos de Montfalcó, Les
Oluges y Tarroja, hasta Calaf y el valle de Gáver. Las primeras
referencias históricas del castillo datan del año 1035, cuando el
conde Wifredo de Cerdaña deja en testamento a su hijo Bernat
diversos castillos, entre ellos el de Gáver.
La fortificación
fue una de las numerosas que formaron parte de la red defensiva
cristiana que defendía y protegía esta parte de la frontera condal
con Al-Ándalus. Más tarde fue cedido al vizconde de Cardona. En
1086 fue cedido por Ramón de Cardona a su mujer Ermesenda y su
hermano Folc. Ya en el siglo XII aparecen los Cervera como sus
señores. Durante esta centuria está documentada una familia de
caballeros, apellidados Gàver, que serían los que se encargarían
del castillo, como Girald de Gáver, en 1181, o Guillem de Gáver, en
1192.
La Corona de Aragón adquiere el castillo en 1221,
durante el reinado de Jaime I de Aragón, y en el siglo XIV pasará a
manos de Guerau de Oluja, hasta que en tiempos de Pedro IV de Aragón
vuelve a ser posesión de la Corona. El Ceremonioso lo vende a
Alameda, mujer de Pedro de Queralt, para volver una vez más a manos
de la corona, cundo los Queralt lo venden a Alfonso el Magnánimo.
Los últimos señores del castillo serán los Queraltó, en el siglo
XIX.
Hoy
día se conserva del antiguo castillo la parte occidental de la gran
torre, levantada directamente sobre la roca, de grandes dimensiones y
planta circular al exterior, de entre 6 y 7 metros de diámetro y que
hoy llega hasta los 9 ó 10 metros de altura. Disponía de varias
plantas y tenía la particularidad de tener el interior de planta
cuadrada, de unos 4,5 metros en lados. Aún se ven restos de muros en
ángulo recto del interior.
De la puerta de acceso, abierta en
altura a unos 6 metros del suelo, apenas se aprecia nada. El grosor
de muro es de casi 2 metros en la parte inferior, y va variando a
medida que gana altura, disminuyendo hasta alrededor del 1,5
metros.
La torre fue construida con hiladas de sillarejo de
diferente tamaño, rectangulares y algunos alargados, bien
escuadrados y trabados. Los sillarejos están colocados
predominantemente a soga, aunque se también aprecian tizones. En las
hiladas inferiores las piezas son más grandes, y a medida que va
ganando altura, se aprecian más pequeñas. Al lado de la torre, en
la parte que mira al pueblo, se practicó un foso que aún puede
distinguirse.
Por el aparejo de sillarejo, parece tratarse de
una construcción cristiana de las numerosas que se levantaron en el
terreno puede que antes de la primera mitad del siglo XI, tras la
reconquista del territorio.
Junto a la torre, a escasos
metros, se encuentra la iglesia vieja de Santa Maria, de origen
románico del siglo XI que en origen pudo ser la capilla del castro,
hoy en buen estado.
El
castillo se encuentra en estado de ruina progresiva.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Luis Puey y Ricard Ballo (Fotos)
Galería:
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