sábado, 17 de febrero de 2024

Castillo de la Peña Foradá (Vall de Gallinera, Alicante)

 


Los restos del Castillo de la Peña Foradá se encuentran situados en la localidad de la Vall de Gallinera en la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana).

La zona de los pies de la Vall de Alcalá se sitúa en la zona alta y media de la Vall de Gallinera, sirviendo de separación entre ambos valles toda una línea de montañas que presentan su pendiente suave hacia Alcalá y la abrupta y agreste hacia Gallinera. Siguiendo la línea de escarpes nos encontramos en un punto en el que el escarpe gira a la derecha, cerrando el Valle de Alcalá y abriéndose más ancho el de Gallinera. Justamente en este punto se levanta un altozano culminado por una peña agujereada por la erosión llamada la Peña Foradá, de donde toman nombre los restos actuales de una pequeña fortificación medieval islámica: el Castillo de la Peña Foradá. 

Además de la prospección realizada y las catas efectuadas en el año 1.971 por el arqueólogo F. Félix, en el año 1.981 un grupo de trabajo del Museo Arqueológico “Camilo Visedo” de Alcoy, al frente del cual se encontraba el arqueólogo Federico Rubio Gomis, realizaron diversos trabajos arqueológicos en la zona, especialmente con la realización de tres importantes catas, que destacan sobre algunas más realizadas : La número 1 situada junto al muro de la parte alta del yacimiento, que tiene unas medidas de 1 x 1 metro, orientada de acuerdo con las coordenadas magnéticas; la número 2, abierta en el rellano que forma en la parte norte del yacimiento, tras atravesar el arco natural, con 2 x 1 metro de tamaño, y orientada al norte los lados mayores, y la número 3, situada en el ángulo suroeste del interior de la torre, de unas dimensiones de 2 x 1 metro, orientada en el mismo sentido que las paredes, profundizándose hasta la misma roca. 

Se trata de un yacimiento situado en un lugar estratégico, por dominar el paso único que por esta zona comunica los dos valles ya indicados, siendo este paso una escalera excavada en la misma roca. En el altozano, se determinan todavía por su lado sur los restos del antiguo trazado de la muralla, aunque el lugar está muy alterado por las labores agrícolas y por las posteriores construcciones medievales. 

La zona alta está acotada por un recinto de murallas hechas de grandes bloques de piedras, seguramente perteneciente al poblado de la Edad del Bronce que en el lugar existió, que, aunque escasísimos son los restos hallados en las exploraciones efectuadas, no hay duda alguna que se trata de fragmentos típicos de cerámica de esta época, que se conservan en el Museo Arqueológico de Alcoy, junto con otros encontrados en una exploración superficial de 1.980 realizada por el mismo museo alcoyano. 

Casi paralela a esta muralla, y por la parte interior acotando un pedazo más pequeño de la cima, se construyó la muralla medieval islámica, de unos 50 centímetros de grosor, conservándose una altura de 80 centímetros de media y fabricada con mortero sólido de cal y gravas. Partiendo de la base del arco natural se levantaba una torre de planta cuadrada cuya altura debió de ser considerable, hasta superar los casi 10 metros de desnivel que existe en el escarpe de ese lado con respecto a la cima. La torre, que debía ir adosada a la pared rocosa, pudo conectar con la muralla que protege el punto más alto, descrito anteriormente. El sistema de construcción difiere del de la muralla, al menos en la parte conservada, siendo de piedras unidas por argamasa de mortero de cal. En interior estaba enfoscado, y el suelo pavimentado por una capa endurecida con un cemento semejante al usado para el mortero, pero sin piedras. 

Su inicio es de la última etapa califal o inmediatamente posterior, desechando los restos de la Edad del Bronce, cuya atipicidad y escasez sólo nos permiten la asignación cultural y no la cronológica. Dada la ausencia total de referencias documentales sobre esta fortificación en las fuentes cristianas, las cuales no deberían faltar si el castillo hubiera permanecido en pie en tiempos del rey Jaime I de Aragón, pues su posición estratégica entre ambos valles citados, y especialmente el Vall de Alcalá, lugar de nacimiento del caudillo árabe Al-Azraq, y los intentos de glorificar al rey cristiano de sus cronistas, hubieran hecho de ella lugar muy nombrado, por lo que es de suponer que ya no era usada como lugar militar a la llegada de las tropas feudales, ni en periodos posteriores, lo que también está plenamente confirmado por la ausencia de cerámicas de Paterna o Manises, e incluso de cerámicas cristianas viejas. 

En cambio, la presencia de la punta de flecha de bronce hallada y fechable en los siglos XI y XII, junto con las cerámicas de vidriado verde pálido y blanco, cuya cronología abarca estos siglos y parte del XIII, con confirmarían plenamente una cronología puramente islámica y poscalifal. 

Por consiguiente, nos encontraríamos ante un yacimiento que sería una fortificación amurallada de corto periodo de ocupación que abarcaría los siglos XI, XII y primera parte del XIII, aunque se duda de que llegara a este último periodo, por las razones de su memoria ya olvidada en tiempos de Jaime I, como se ha dicho con anterioridad. Con todo ello, se podría decir casi con total seguridad de que la Fortaleza de Peña Foradá debió edificarse entre los años 1.076 y el 1.102, siendo abandonada o destruida hacia el año 1.147 y el 1.172.

Fuentes: Wikipedia
               Castillos de Alicante
               Guardianes de Piedra (MARQ,Alicante)

Galería:




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